Eh vuelto...

Había desaparecido por tanto tiempo, que decidí volver a las andadas.
Ya nadie recordaba mi nombre, pensaban que ya no era una amenaza, sus vidas habían vuelto a ser normales, pero no por mucho tiempo.
Tube una pequeña hibernacion, lo que me dejó con mas sed de sangre que nunca. Desde la mansion G. desperté sedienta, en la torre, y desde allí comenzé a correr , por todas las hectareas, hasta llegar a la ciudad. Seguí caminando por horas y horas, simplemente con mi traje de marinerito, y mi cabello largo, aun estaba con aspecto de mujer.
Caminé lenamente matando y despedazando a todo lo que se cruzaba en mi camino, con una velocidad que era invisible al ojo humano, estaba decidida, esta ciudad era totalmente aburrida, iba a destruirla sin importar lo que me cueste.
Asi fue como llegué al zoologico, empapada de sangre y con una sonrisa de placer. Malditos todos , humanos estupidos, disfrutando de el encarcelamiento de los animales, ¿Qué les parece si yo los encarcelo? ¿Serían felices? , malditos pagarán.
Llevé mis manos hacia el frente donde la gente comenzaba a abrirme paso , no querian cruzarse conmigo sin embargo yo me acercaba.

-Eh vuelto... -susurré y sonrei utilizando una velocidad impresionante , y comenzando a matar a todo lo que se me atravesaba, mientras iba soltando a los animales de sus jaulas e iba alimentando a los leones con restos de gente.

me encontrava paseando por la ciudad,cuando de la nada escycho mucho alvoroto en los alrrededores,decidi investigar que susedia,asi fue como di a un zoologico fuera de control,una estampida de animales se dirijia hacia mi,enonces con un simple movimiento de mi mano todos se detuvieron y corrieron en direccion contraria a la que estava

La sentía y no estaba equivocada, era Diva. Fruncí el ceño con sola la idea de que hiciera de las suyas de nuevo.
Me encontraba en un parque grande, quizás, a pocas calles de donde estaba ella. Me reincorpore poniéndome de pie y camine, con el rostro serio. No entendía, y aun, no me llegaba la idea de que luego de lo de la fortaleza haga de las suyas, como una niña pequeña.
Suspiré. Me sentía, más que nada, su niñera.
Me detuve, y abrí los ojos como platos, podía sentir en la brisa del aire un fuerte olor metálico, era sangre. Tape la nariz con una mano, era molesto e irritante, mezclado con el olor a ciudad no se hacia tan puro, pero la contaminación junto a un olor natural, era abominable. Bajé mi cabeza con la vista en frete y comencé a trotar hacia el lugar de donde provenía la molesta fragancia.

senti dos presencias muy similares,me dirijo hacia algun lugar donde dejar mi cuerpo falso,detras de un enorme arbol me separo de mi gigai y sobrevole el zoologico para investigar que era lo que susedia