Capitulo 2 : En busca de la fuerza.

- Al fin llegue... - dije totalmente agotado, estaba sediento y no tenía casi fuerzas. Caminaba totalmente mal, y me caigo desmayado.
Abro con un poco de dificultad los ojos, y veo a 7 monjes que están delante mío. Me levanto de golpe y uno de ellos me habla.
- Nuestro querido sobreviviente, no te esfuerces, relájate. Estarás a salvo aquí. -
- Monjes... Bantei ah sido... -
- Lo sabemos, estamos muy adoloridos por eso, pero feliz de que haya un sobreviviente. -
- Necesito poder... necesito que me entrenen, aprender a pelear y poder buscar a la princesa y vengarnos... ¡POR FAVOR! - Las lagrimas habían aparecido, y uno de los monjes me abraza.
- Siento que tu corazón en este momento ruje, que tu alma ya está guiada. Te entrenaremos, y serás un guerrero temible. -
- ¡Muchísimas gracias! - Me desprendo del abrazo, y adopto una pose de reverencias. - Entrenare duro... -
- No justifiques con palabras, hacerlo con acciones. El entrenamiento será realmente duro.-
-¡ LO HARE!. - Mis ojos en este momento, solamente saben mirar hacia adelante, mi destino ya esta forjado, es lo único que puedo hacer.
- Síguenos... - Los monjes se levantaron y salieron del lugar, a un paso no muy rápido. Uno de ellos agrega
- Sécate las lagrimas, a partir de ahora tendrás que tener fuerza de convicción, nada de miedo. -
- Si. - Me seco las lagrimas con el antebrazo y los sigo hacia afuera del lugar. Hasta que vi la parte de entrenamiento.
- Que... qué es eso? - Digo totalmente anonadado.
- Aquí es donde vivirás, y entrenaras a partir de hoy, este lugar, es una cámara a otro mundo, ahí la gravedad es 10 veces mayor, las temperaturas suben 100 grados más que lo normal, hay menos oxigeno y todo es peligro. Si logras sobrevivir ahí por dos años, entonces seguiremos la segunda fase del entrenamiento. - Me dijo uno de los monjes con tono serio.
- Pero los muertos... -
- No te preocupes por eso, cuando estabas inconsciente dejamos una capa para que no se descompongan, además es tu obligación enterrarlos. -
Sin más, me metí dentro de ese lugar. Era como una selva, habían animales. Habían hasta dinosaurios, plantas chicas y enormes. Con dificultad podía respirar, moverme. Sentía muchísimo calor y hambre. Transpiraba tanto, que ya me faltaba agua del cuerpo. Lo primero que pensé es buscar un estanque y matar algún animal para comerlo. Encontré un dinosaurio pequeño.
Intente cazarlo, pero... era tan rápido y fuerte, me dio una envestida y golpe contra un árbol. No tenía ni siquiera fuerzas. Busque un estanque y me tire, tome todo el agua que pude, me refresque, pero el agua estaba muy caliente, aun así tome.
Volví a buscar a ese dinosaurio pequeño, me costo muchísimo alcanzarlo, demasiado. Mi cuerpo está totalmente lastimado debido a la tremenda lucha. Ya el cielo se teñía de negro, así que busque hacerme una fogata, y un refugio. Las noches, eran demasiado frías, sentía que me iba a congelar, la fogata era lo único que me mantenía un poco caliente. Además del poco oxigeno, mi cuerpo temblaba tanto que podía respirar aun menos.
Esto fue solamente un día, todos los días tendré que repetir lo mismo durante dos años.
Debía aprender a vivir así, con el cuerpo golpeado por buscar mi comida... por las noches sin agua, por las tardes con el agua caliente y el calor azotador. Siempre con poca movilidad y con poco oxigeno.
Me dormí, otro duro despertar me esperaría mañana...
( DOS/ 2 AÑOS DESPUES)
- Eso es todo lo que pueden hacer, ¡¿eh?! - Me estaba enfrentando con dos dinosaurios, ambos con sus pies trataron de pisarlos, pero con cada mano pude parar sin ningún problema ambas pisadas. Mis brazos lo aguantaban, y mis piernas ni siquiera temblaban. Su velocidad... ya la podía alcanzar, y comer era tan fácil, por ahí pasaba días sin comer. Agua de vez en cuando.
Mi musculatura era otra... era un poco más grande y más marcada. Mis reflejos, todo había aumentado. El día acordado ya había llegado, la puerta se abrió y volví a salir del mundo exterior.
- Sobreviviste, enhorabuena hijo - Los 7 monjes me habían esperado, y uno de ellos agrega.
- Vallamos a la siguiente fase, pero esta... tiene un 99 por ciento de probabilidad que mueras. -
- No importa, iré igual. - Lo dije con convicción.
- Así me gusta, síguenos. -
Se fueron caminando y los seguí, hasta una puerta...